29/10/16

JABON DE GERANIO LIMON

Oleato de hierbaluisa y cáñamo.
Hidrolato hierbas.
Oleato geranio limón.
Oleato lavanda.
Arcilla.
Ceniza de madera (extraída la lejía)

La arcilla y la ceniza tienen efecto exfoliante principalmente.


GERANIO LIMON
Regula las glándulas sebáceas que aseguran la flexibilidad de la piel.
Mejora eccemas, quemaduras, herpes y sabañones.
Adecuado a su vez para pieles flácidas, congestionadas y grasas.
Favorece la circulación de la sangre.

LAVANDA

Es una planta con propiedades relajantes
Antiséptica, astringente, antivírica y antibacteriana, por lo que está muy recomendado para mejorar la curación de cortes, dermatitis, eczemas, acné, forúnculos o quemaduras.

El aceite de CÁÑAMO es rico en ácidos grasos esenciales, como el ácido linoléico, que posee propiedades antiinflamatorias.
Mejora la apariencia de la piel y evita su deshidratación.
Está especialmente recomendado para el cuidado de las pieles irritadas y dañadas.

26/10/16

Derecho a la comunidad y el medio ambiente

Apostamos por una administración municipal ciudadana que promueva, junto a otras, unas nuevas Bases del Régimen Local, que enlacen con propuestas concretas que deriven de lo local: un municipalismo más político que de gestión.
Con un nuevo modelo de financiación adaptado a una economía social, colaborativa y sostenible, basado en los recursos y necesidades locales, y que permita poner en marcha iniciativas empresariales y sociales, y de voluntariado solidario.
El municipio ha de atender su función social de garantizar a todas las personas el usufructo pleno de los recursos, y la realización de proyectos e inversiones en beneficio de los habitantes, dentro de criterios de equidad distributiva, complementariedad económica, y respeto a la cultura local y sustentabilidad social, económica y ecológica.

Los espacios y servicios públicos y privados de la ciudad deben ser utilizados priorizando el interés social, cultural y ambiental, generando y distribuyendo riqueza y valores comunitarios.
La ciudadanía tienen derecho a participar en la propiedad del territorio municipal (urbano y rural) dentro de parámetros democráticos, de justicia social y de condiciones ambientales sustentables.
La creación y uso eficiente de espacios comunitarios, desde la esfera pública con participación democrática activa, debe revertir la lógica de privatización y explotación intensiva de los recursos comunes, que recogía los beneficios inmediatos, socializando los costes a medio y largo plazo.

Sin caer en utopías, es posible un apoyo decidido a todo tipo de microempresas, con formación, asesoramiento y fomento de dinámicas colaborativas, siguiendo modelos que han demostrado su viabilidad económica y temporal, priorizando la I+D+I en recursos locales: carbón, biomasa, agricultura, etc. y Tecnologías de la Información y la Comunicación, con una orientación preferente por la creación e implantación de herramientas sencillas y generalizables entre colectivos que necesitan una urgente y amplia alfabetización informática y que tienen limitaciones de movilidad, de visión y auditivas.

También es posible crear una bolsa de terrenos, locales y viviendas disponibles para su uso, con una labor de intermediación y garantía municipal a través de una Agencia u otro instrumento legal adecuado, fomentando la producción y el consumo local.

Promover la rehabilitación y uso de las viviendas semi-abandonadas en el entorno rural y urbano, favoreciendo el transporte público entre el centro y los núcleos aislados, para revertir el proceso de despoblación, y envejecimiento y aislamiento poblacional.
Recuperación de oficios, herramientas y materiales tradicionales y de formas de comunicación y transmisión de conocimientos participativas y sociales.
La expulsión temprana del mercado de trabajo de un grupo importante de conciudadanos no impide que sean agentes dinámicos de transmisión de experiencias profesionales y sociales.



25/10/16

Trabajando para el 2º Mercado popular en Langreo.



El pasado día 16 de octubre un grupo de vecinos de Langreo, miembros del Nodo de Langreo de www.Rastru.es organizamos, con la colaboración del Ayuntamiento y el Consorcio de Transportes el Primer Mercado Popular orientado a dar salida a productos artesanos, de la huerta y de segunda mano, de nuestros vecinos preferentemente.

Contamos con 23 puestos con variedad de productos y la colaboración artística de Mandi Braña.


 La idea era, y es, hacer un mercado mensual que además de dar salida a los productos citados, dinamice y dé a conocer las habilidades artísticas y emprendedoras existentes en el municipio. 

Para lograr este objetivo, hemos visto la necesidad de constituirnos como Asociación, lo que facilitaría las gestiones administrativas, la obtención de subvenciones y ayudas y la firma de acuerdos y convenios de colaboración.
En consecuencia, y con una cierta urgencia, hemos convocado una reunión constituyente de la Asociación:

El nombre propuesto es:
ASOCIACION de ECONOMIA SOCIAL y COLABORATIVA de LANGREO.
Y nos reuniremos el miércoles 26/10/2016 a las 19h30 en Capitán Alonso Nart 31-1ºA Sama de Langreo.








Fines y actividades propuestos a debate:

Fines:

· Elaboración, gestión y ejecución de proyectos de economía social y colaborativa en el ámbito local de Langreo, con criterios de eficiencia, calidad y sostenibilidad.
· Creación de espacios de encuentro entre productores y consumidores locales: mercados populares, centros de dinamización económica y cultural, etc.
· Promover desde abajo acciones que se orienten al autoempleo individual o cooperativo, a corto o medio plazo, en el sector agroalimentario, las energías renovables, el reciclaje, la educación, etc.
· Fomentar el desarrollo empresarial tanto en la creación como en la consolidación de pequeñas empresas locales.
· Iniciar y apoyar procesos de innovación, mediante Tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y promover su uso, así como fomentar el desarrollo de proyectos TIC.
· Fomentar la creación de ámbitos colaborativos de carácter cultural que propicien la dinamización de actividades artesanas, la generación de iniciativas culturales y el apoyo y la colaboración entre artistas y artesanos locales.
· Intercambiar experiencias de trabajo y facilitar la colaboración y elaboración de programas conjuntos con otras asociaciones o entidades afines tanto locales como de otros ámbitos territoriales.
Actividades:

- Análisis, elaboración, organización, planificación y/o gestión de proyectos cooperativos en Langreo.
- Elaboración de diseños y asesoramiento para la comunicación, publicidad y Marketing de aquellas actividades acordes con los fines mencionados.
- Realización de estudios de mercado, viabilidad de proyectos u otras labores de investigación dentro de sus fines.
- Acciones en materia de promoción de los espacios colaborativos, como ecosistema empresarial y de oportunidad, para desarrollo de nuevos modelos de empresa.
- Fomento de una economía colaborativa basada en el talento y los recursos disponibles infrautilizados.
- Actividades diversas para la promoción de una economía con criterios de responsabilidad social y medioambiental.
- Actividades culturales, artísticas, de ocio, tiempo libre y salud que promuevan hábitos de participación.
- Campañas y acciones de captación de socios, financiación y promoción de la asociación para la consecución de los fines.
- Acciones en materia de información, divulgación y sensibilización de la población.
- Acciones orientadas al fomento del uso de las TICs y el desarrollo de proyectos tecnológicos.

En la reunión se elegirá la Junta Directiva que, de forma inmediata, iniciará los trámites de inscripción en el Registro de Asociaciones del Principado y la obtención del CIF correspondiente, para presentar una propuesta de Mercado Mensual cada 2º domingo (con las excepciones y variaciones necesarias).

En el Convenio de colaboración a presentar al Ayuntamiento y el Consorcio de Transportes se incluirá una propuesta de uso de los locales cerrados de la estación, como Centro de Dinamización de actividades artesanas, la generación de iniciativas culturales y sociales, y el apoyo y la colaboración entre artistas y artesanos locales, y productores y pequeños comerciantes.

Al mismo tiempo que ponemos en marcha la Asociación, trabajamos en la organización del

Segundo Mercado Popular de Langreo.
13 de noviembre de 2016

Mercado artesano, de excedentes de huerta y de segunda mano.
Producción propia natural y tradicional.
(Artesanía, huerta, segunda mano, repostería, confituras, etc.)

En los soportales de la estación de autobuses de La Felguera.

Con inscripción previa con una semana de antelación mínima, comunicando lo antes posible la inasistencia sobrevenida y colaborando en el orden y limpieza de la zona.

Dirigido a:
 Artesanos y productores locales y del entorno de Langreo.
 Vecinos de Langreo particulares con productos (pequeños) de 2ª mano.
 Socios y Nodos de www.RASTRU.es 

Moneda de intercambio: Copín y euros, indistintamente a criterio de vendedor y comprador.

El Ayuntamiento cede los puestos (hasta 30) y gestiona permisos Consorcio Transportes.

Organización, inscripción y asignación de puestos:

Enviar formulario a rastru.langreo@gmail.com
 Fina 654878278
José Mari 679682984

 Asignación de los puestos cedidos priorizando la proximidad y variedad:
Artesanos y productores locales no “profesionales” de los mercados.
Vecinos con objetos propios de segunda mano.
Artesanos y productores locales “profesionales” de los mercados populares.
Artesanos y productores de fuera de Langreo no “profesionales” de los mercados populares.
Artesanos y productores de fuera de Langreo “profesionales” de los mercados populares.
(Dentro de cada categoría, incluido el tipo de producto, por orden de petición)


 Habrá espacio también para vendedores que ajustándose a los criterios traigan puesto propio. 

9/10/16

JABON LECHE y EUCALIPTO

Leche desnatada.
Oleato de aceite reciclado y bayas de eucalipto.
Aloe.
Cera de abejas.

EUCALIPTO
Antiséptico, tratamiento de afecciones de la piel, como heridas, cortes y arañazos.
Tratamiento del acné, reduce las espinillas, los granos y barros.
Tratamiento de las manchas de la piel.


ALOE
Regenera la dermis y la mantiene sana e hidratada.
Actúa como crema hidratante.
Trata el acné.
Combate el envejecimiento y disminuye la visibilidad de las estrías.

CERA DE ABEJAS

Cuidado de todo tipo de piel, en especial las más secas y sensibles, hidrata y nutre en profundidad. 

6/10/16

JABON HIERBAS

Fundir jabón de aceite de girasol con jabón de oleato de lavanda (hojas), cáñamo (hojas), laurel (bayas) y eucalipto (bayas).
Aloe.
Cera de abejas.
Cera blanda color.
Agua de lluvia.


LAUREL
Antiinflamatorio, antiséptico y desinfectante. 
Regenera la piel.
Estimula la síntesis de las proteínas colágeno y elastina. 
Para manchas faciales, acné, psoriasis, eczemas, dermatitis y quemaduras cutáneas.
Tratamiento del pelo graso, aporta brillo y volumen.

ALOE
Regenera la dermis y la mantiene sana e hidratada.
Actúa como crema hidratante.
Trata el acné.
Combate el envejecimiento y disminuye la visibilidad de las estrías.

EUCALIPTO

Antiséptico, tratamiento de afecciones de la piel, como heridas, cortes y arañazos.
Tratamiento del acné, reduce las espinillas, los granos y barros.
Tratamiento de las manchas de la piel.

LAVANDA
Es una planta con propiedades relajantes
Antiséptica, astringente, antivírica y antibacteriana, por lo que está muy recomendado para mejorar la curación de cortes, dermatitis, eczemas, acné, forúnculos o quemaduras.

El aceite de CÁÑAMO es rico en ácidos grasos esenciales, como el ácido linoléico, que posee propiedades antiinflamatorias.
Mejora la apariencia de la piel y evita su deshidratación.
Está especialmente recomendado para el cuidado de las pieles irritadas y dañadas.

17/9/16

JABON DE LAVANDA

Fundir jabón base de aceite reciclado al 50% de agua de lluvia.
Oleato de lavanda.
Cera de abejas.
Cera color.


LAVANDA
Es una planta con propiedades relajantes

Antiséptica, astringente, antivírica y antibacteriana, por lo que está muy recomendado para mejorar la curación de cortes, dermatitis, eczemas, acné, forúnculos o quemaduras.







CERA DE ABEJAS
Cuidado de todo tipo de piel, en especial las más secas y sensibles, hidrata y nutre en profundidad. 

Piezas de ± 100g

16/9/16

Azufre y uso cosmético

El azufre es un mineral que interviene en la producción de hormonas y la formación del sistema óseo. 
Su uso tópico mejora afecciones de la piel y frenar la caída del cabello. 

Se recomienda su uso en baja concentraciones. 
En el jabón de azufre, el cual suele contener 5% de concentración de azufre mezclado con otros ingredientes como la glicerina, aceites esenciales y sustancias hidratantes. 

Promueve la formación de la queratina y el colágeno, los cuales mejoran la firmeza y elasticidad de la piel, a su vez ayuda a eliminar las toxinas que se acumulan en la piel, también calma los eccemas y las alergias cutáneas, combate las bacterias y los hongos, reduce el acné, y uniformiza la pigmentación de la piel y fortalece las uñas y el cabello.

Ayuda a combatir el acné gracias a su poder astringente y antibacteriano, ayuda a eliminar el exceso de grasa en la zona y a tratar y combatir las bacterias del acné.

Por su capacidad para regular el exceso de grasa en el tejido y sus propiedades astringentes y desinfectantes, el jabón de azufre es un tratamiento complementario de la dermatitis seborreica, y ayuda a regular las cabelleras grasas o con caspa. 

MODO de USO

Para el acné: lavar la zona afectada todas las noches y dejar actuar el jabón durante 15 minutos. 
Luego enjuagar con agua fría para cerrar los poros.
Para la psoriasis: lavar la zona afectada una vez al día por la noche con agua a temperatura ambiente.
Para la dermatitis: debe usarse únicamente el tiempo indicado por el especialista médico, ya que la piel con dermatitis es muy delicada y el azufre puede llegar a secarla en exceso.

Después de aplicar jabón de azufre en cualquier parte del cuerpo se recomienda usar un hidratante, como el aloe vera, para evitar que el azufre reseque tanto la piel que pueda llegar a lastimarla.

No se recomienda su uso en pieles muy secas que pueden llegar a descamarse con la acción del azufre.

Cualquier síntoma aparecido después de usar el jabón debe ser consultado con el médico dermatólogo.
El jabón de azufre no se debe usar más de una vez al día.

14/9/16

Primer Mercado Popular de Langreo (16/10/2016)


Tras un primer intento de organizar un Mercado con un alto grado de implicación del ayuntamiento de LANGREO, que fue rechazado por este; y rebajando y ajustando nuestras exigencias, en diálogo con las concejalas Vanessa Llaneza y Rosario Hernández, llegamos a una segunda petición que se sustancia como sigue:
Dada la situación económica de una parte de la población, sin ingresos suficientes, pero con recursos materiales y personales susceptibles de intercambio en el ámbito local; un mercadillo artesano y de segunda mano daría valor de cambio real a los distintos productos que nuestros vecinos produzcan artesanalmente o en sus huertos, o que tengan y quieran deshacerse de ellos; para obtener otros, a través del trueque, o el Copín como moneda (sin excluir el Euro).

Parece que finalmente se empieza el 16/10/2016. 
Ver características y formulario de preinscripción.

Día 16 de octubre Primer Mercado Popular en Langreo.
La red RASTRU serviría como matriz de intercambios y el Nodo de Langreo como organizador del mercadillo mensual:
- Colaborando en la carga y descarga de puestos del ayuntamiento.
- En el orden y limpieza en la zona utilizada.
- En la asignación de los puestos e identificación de los participantes.
- Dinamizando el mercadillo con actividades complementarias.
- Promoviendo grupos de consumo e intercambio de productos y servicios en la red y en el mercadillo como punto de entrega.
- Contactando con artesanos y productores no profesionales locales y de los alrededores, para los que su participación no tendría coste.
Solicitamos:
Permiso y apoyo para la realización de un mercadillo mensual en los soportales de la estación de autobuses de la Felguera siguiendo las indicaciones del reglamento pertinente a desarrollar.
Cesión y transporte de los puestos del ayuntamiento un domingo al mes entre las 10 y las 15 horas.



La primera petición fue rechazada como se refleja en la comunicación siguiente:

La respuesta escrita y definitiva a la segunda propuesta está aún pendiente, no obstante lo cual ya hemos establecido contacto con artesanos que estarían interesados en participar.















El Nodo de Langreo puso un puesto informativo en Langreu Natural y queremos poner otro en el Mercado Tradicional de las Fiestas de Santiago, donde pretendemos divulgar y popularizar la idea del Mercado Popular Mensual.

El primero ya se puso en marcha.







13/8/16

(04) Emprendedores y redes de trueque y economía social.

La red de trueque puede ser campo de pruebas para emprendedores, antes de iniciarse en el "mercado de verdad" competitivo y formal.
Para evitar esta y otras intrusiones de los valores y prácticas del mercado capitalista en la red, se ponen "barreras morales" de entrada, pero todos sus miembros participan al mismo tiempo del sistema común de relaciones y de reglas del juego impuesto cultural e institucionalmente.

Debe reconocerse y aceptarse esta contradicción, regulando colectivamente la interacción de ambos modelos, y el papel de la red de trueque en la transición de algunos "prosumidores" a emprendedores.
La información y la formación en gestión de empresas a escala básica, puede dar una perspectiva más amplia a la hora de tomar la decisión de montar un "negocio" (Ver abajo el extracto de un artículo más amplio de Vozpopuli sobre las dificultades administrativas del emprendimiento).

La comunidad de trueque es un buen "juego de rol" de emprendedores, en el que no se corren grandes riesgos y donde se puede aprender sobre la marcha; desarrollando o fortaleciendo capacidades mercantiles, para luego ingresar al mercado capitalista con una baja tasa de “mortalidad empresarial”.
Las consecuencias de los errores son mínimas, y la transición y acumulación de experiencia y capital pueden ser progresivas y controladas, con posibilidad de marcha atrás.

De vender bisutería en mercadillos artesanos y populares, podemos pasar a montar una pequeña tienda, dándonos de alta como autónomos y manteniendo nuestra participación en mercados.
Si somos unos genios podemos llegar a crear una cadena de tiendas con empleados, franquicias, etc.
Si como tantos otros fracasamos, y tenemos que volver a la casilla de salida, habremos aprendido una lección y sólo perdido la inversión en el local y las cotizaciones, pues podemos vender la mercancía sin pérdidas significativas, lo que no siempre ocurre así.
Como el entorno económico es incierto cabe, o bien refugiarse en zonas de seguridad relativa, o bien aprender a sobrevivir, participando activamente en el mercado capitalista, reduciendo las incertidumbres que pueden afectar a nuestro modelo de negocio.
No es necesario incorporar los valores negativos del mercado para lograr sobrevivir en esta fase.
El salto desde la comunidad de trueque al pequeño negocio, no supone una ruptura total con los criterios éticos defendidos, siempre que la escala de producción y comercialización sean bajas.

A partir de las comunidades de trueque, centradas inicialmente en el intercambio de trabajos y productos preexistentes y desplazados del mercado capitalista, se pueden generar nuevos productos y servicios, que se demandan y hacen posibles dentro de un sistema de economía alternativa ... hasta que su éxito relativo los impulse al sistema de mercado, por la vía regulatoria.

Las comunidades de trueque pueden ser muy dinámicas si son abiertas y saben identificar y atender la demanda social insatisfecha de los colectivos empobrecidos y de los comprometidos.
El umbral de entrada (volumen de recursos requeridos y condiciones que se exigen para poder participar) es muy bajo, lo que permite que continuamente entren nuevos prosumidores con sus productos y servicios.
La barrera de entrada está más en identificarse como prosumidor, no limitado exclusivamente por nuestro perfil o currículum profesional anterior.
Una vez interactuando dentro de la comunidad, los costos de salida son bajos, como consecuencia del bajo nivel de inversión fija, lo que facilita que reduzcan su participación o salgan aquellos participantes que encuentre otras alternativas de inserción laboral o empresarial (no es incompatible, si no frecuente, participar de los dos sistemas).

El bajo nivel de inversión fija limita, en principio, el tipo de actividades que se pueden realizar y tecnologías que se pueden utilizar, y de algún modo las necesidades que se pueden satisfacer.
Pero el bajo nivel de inversión fija a nivel micro (individual) no implica que no pueda haberlo cooperativo o para la red en su conjunto, a través de inversiones colectivas en productos y servicios más complejos y en elementos de apoyo al conjunto de los participantes.
La innovación, en esta escala básica, está más vinculada a las capacidades de los trabajadores que a la utilización del conocimiento encarnado en máquinas complejas y caras; cuando el propio sistema capitalista ofrece alternativas productivas y tecnológicas a medida, sólo imposibilitadas por las trabas burocráticas e impositivas de la administración.

Debemos innovar en el modelo de la red y en su divulgación.

Las ventajas de participar en redes de trueque es que se puede comprender mejor la interdependencia, las consecuencias indeseadas de las propias acciones económico-empresariales a pequeña escala (a quién se compra y a qué precios, que se produce y donde y como se vende, etc). 
Los valores recuperados por las redes de trueque, en muchos casos van en línea con las mejores opciones de innovación planteadas en el sistema empresarial, y con las propuestas asociadas al ecologismo y a su concepto de eficiencia sostenible.
Se reducen costes no productivos: trámites administrativos, impuestos, propaganda, intermediación, interés, pérdida o desvalorización de stocks, el desperdicio de los envases, etc.
Se aprende a atender más que a manipular a la demanda al mantener un vínculo directo (cara a cara) con los consumidores.
De hecho, se aplica un régimen de producción casi a medida y en el momento.
Se sitúa al trabajador en el centro del sistema productivo "artesanal" y creativo.
En la ideología de las comunidades de trueque como objetivamente no se puede acumular "capital", a menos que las redes se complejicen, se supone que no se quiere, ni se requiere, acumular.

Pero la acumulación es una condición para la innovación, individual y colectiva de la red.
La innovación de este modelo está asociada a la escala, no sólo de las unidades de prosumidores sino de la red misma; y para ello es preciso emprender campañas institucionales que atraigan a ciudadanos actualmente marginados del sistema empresarial regulado, redefiniendo el desideratum de lo pequeño y controlable mediante relaciones cara a cara, sin perder sus virtudes éticas y comerciales.

Un elemento fundamental del dinamismo de estas comunidades está en su propio sentido inicial: vincular producción y consumo donde el leit motiv debe venir a la vez de la producción (el aliciente para activar capacidades personales excluidas del sistema empresarial) y del consumo (satisfacer necesidades relegadas por la falta de ingresos o de oferta efectiva accesible). 
Asumidas satisfactoriamente ambas identidades (como productor y como consumidor), es frustrante ver  limitada la variedad y cantidad de productos y servicios ofertados y demandados.

En ausencia de un mecanismo que dinamice la producción y la creatividad, las comunidades de trueque se estancarían como alternativa "complementaria" al modelo general excluyente.
La comunidad de trueque debe ser parte activa e imprescindible de la vida social y económica de sus miembros, con grados variables de integración y compromiso voluntario.

La sostenibilidad práctica de una red local supone integrar o desarrollar centros y redes de investigación tecnológica y organizativa, sistemas de aprendizaje colectivo que alienten la creación y permitan la difusión de nuevas formas de producción, circulación y consumo.

Extracto de: La gran estafa legislativa que impide a la gente ganarse la vida. Vozpopuli

En España, a cada intento de realizar una actividad económica corresponde una interminable lista de disparates administrativos. El delirio ha alcanzado tales cotas que, a la sombra de las prolijas normativas municipales, han florecido empresas concertadas que, por un buen dinero, “ayudan” al atribulado emprendedor a desenmarañar la madeja normativa, a conocer cómo y cuándo -y a qué coste administrativo- podrá abrir su peluquería, panadería, taller, tienda, despacho o garito. Nada mejor que el desglose de las tarifas de estos conseguidores para hacerse idea del absurdo. Algún malpensado podría llegar a la conclusión de que se ha legalizado aquello que antaño llamaban “mordida”. Para el legislador no hay peces pequeños, incluso la actividad lucrativa realizada en la propia vivienda está sujeta a inescrutables normativas. Y qué decir del “práctico” manual de Hacienda para cumplimentar la declaración de IVA: 12 páginas de retorcida jerigonza leguleya que deprimirían al más entusiasta aficionado a la hermenéutica o a la resolución de jeroglíficos.

La hiperregulación restringe la libre entrada a la actividad económica para que unos pocos privilegiados puedan operar sin apenas competencia, obteniendo enormes beneficios de mercados cautivos que comparten con los políticos a través de comisiones, regalos, puestos en el consejo de administración.
Las normas o requisitos deben ser enrevesados y ambiguos para permitir cierto grado de discrecionalidad a la hora de conceder permisos y licencias.
El fenómeno es tan antiguo que ya fue señalado por el historiador romano Cornelio Tácito: "Corruptissima re-publica, plurimae leges" (cuanto más corrupto es un país más leyes tiene).
Regulación del Mercado. Índice escala de 0 a 6 de menos a más restrictivo. España (en color rojo) siempre a la cabeza en barreras, trabas, licencias y permisos. Fuente: OCDE 2013.

Desgraciadamente, esta estrategia está muy extendida por todas las administraciones españolas. Mientras la oligarquía política y económica se enriquece, la gente corriente experimenta enormes dificultades para encontrar trabajo o desarrollar una actividad económica. Muchos conciudadanos quedan atrapados en el círculo de la pobreza; condenados a vivir del subsidio o trampear en la economía sumergida. Cada vez que los costes de entrada en el mercado se incrementan un 10%, la densidad de empresas desciende un 1%,  con efectos devastadores  para la competencia, la productividad, la innovación y, sobre todo, el empleo. Las consecuencias son todavía más graves en el caso español por la cantidad y disparidad de disposiciones: más de cien mil leyes, normas y regulaciones que ocupan… ¡1.250.000 páginas en el BOE y otras 800.000 en los boletines de las Comunidades Autónomas!*

8/8/16

(03) Eficiencia y competitividad de la redes de economía social.

Dado el pragmatismo predominante, es probable que el motivo individual para participar en la red de trueque no sea aceptar los valores que la definen, sino resolver las propias necesidades mediante el intercambio de su producción particular, al margen de las regulaciones restrictivas del sistema. 
Los valores y procedimientos de la red se aceptan como condición para participar, aunque puedan asumirse "a posteriori" por parte de los nuevos adherentes, pero conviene distinguir ambos aspectos a la hora de analizar su evolución.

Las redes de "Economía Social" pueden evaluarse según criterios clásicos de eficiencia y competitividad, ponderando los aspectos particulares "antieconómicos" que las caracteriza.
Se intercambian productos y servicios, que se "fabrican", transportan y venden (en cuanto se utiliza una moneda) en un mercado físico (Mercados Tradicionales y Populares o de trueque) o virtual.


El coste de este proceso se descompone en partes diferenciadas según diversos criterios, pero simplificando mucho analizaremos los siguientes, a título de ejemplo: 

1.- Coste monetario de mercado: de bienes y servicios insumidos que se deben obtener en el mercado mediante dinero oficial. 
Muy difícil de imputar al incluir recursos que en cualquier caso "necesitamos y tenemos" para vivir: la vivienda reconvertida en taller, herramientas de bricolaje doméstico usadas en nuestra producción artesana, el coche particular que utilizamos para transportar mercancías hasta el punto de venta, etc.
En el mejor de los casos imputamos una parte aproximada de gasto suplementario en electricidad, teléfono o gasolina. 
Más fácil resulta asignar el coste de los materiales comprados directamente para fabricar la mercancía final; si hacemos bisutería gran parte del material y las herramientas específicas se adquieren en comercios especializados.
Lo mismo puede decirse si hacemos jabón artesano de "diseño cosmético" con aceites y productos generalmente importados.
Si recurrimos al aceite reciclado, grasas animales y a plantas autóctonas y de acceso libre, el coste de materias primas se reduce significativamente (sólo la sosa y puede sustituirse por hidróxido de potasio extraído de la ceniza de madera, aunque con un consumo de tiempo significativo).
En cuanto a otras materias primas "casi" gratis podemos disponer de frutas de temporada (por ejemplo manzanas en Asturias) transformables en repostería natural y artesana (valor añadido por nosotros) con utensilios de cocina de uso común.

2.- Coste comunitario: de bienes y servicios insumidos que se pueden obtener en la red de trueque mediante crédito (que a su vez pueden descomponerse en tiempo de trabajo e insumos, utilizados para producir los bienes o servicios que generaron dicho crédito)
Dependerá de la variedad de productos ofertados y de su utilidad directa para nuestra actividad, o de que se establezca algún tipo de división del trabajo (por ejemplo separar producción, transporte y venta en mercados).

3.- Coste en trabajo directo: empleado en elaborar el producto. 
Incluido el empleado en obtener las materias primas.
Identificando las distintas fases de la elaboración, hasta tener el bien puesto en el mercado (envasado y etiquetado, aunque sean rudimentarios, puede considerarse el punto final de esta elaboración).

4.- Coste de transporte: Desde el lugar de producción hasta el punto de venta.
Si se vende en "fábrica" hay que imputar el tiempo de atención a los clientes; que pueden pagar mediante trueque, moneda social o moneda oficial, según sus preferencias y las nuestras (prácticamente nadie pone reparos a la moneda oficial pues, en última instancia, sirve para obtener una parte fundamental de nuestros insumos, y productos de consumo básicos que no están en la red).
Si debemos transportarlo hasta el cliente o el mercado, podemos imputar el gasto originado a los productos vendidos a raíz de ese porte (para decidir si nos resulta rentable en sí misma) o al conjunto de lo vendido en un periodo dado.

5.- Coste de comercialización: En el punto de venta (mercados tradicionales o de trueque, grupos de consumo).
En el caso típico de un mercado tradicional suele haber un precio de participación, y debemos permanecer durante una serie de horas.
Después de montar el puesto (que tiene un coste en sí mismo a atribuir según el uso dado en su vida útil, salvo que lo aporten los organizadores) habrá periodos de mayor o menor venta que puede rentabilizarse elaborando producto "in situ" como demostración o reclamo, o estableciendo lazos de amistad y colaboración con otros artesanos presentes.
De la diferencia entre la caja final y los gastos imputados obtenemos el resultado del día (siempre que no usemos el dinero de caja para gastos ajenos al mercado, como alimentos y bebidas consumidas).


Descontados los gastos atribuibles a la comercialización, incluido el precio final del producto comercializado; dividimos el resultado por las horas empleadas en desplazamientos y venta, y tenemos la ganancia por hora de la actividad en esa jornada.

En términos de rentabilidad económica el resultado suele ser ridículo, pero si dispones de tiempo, no productivo en otra tarea, cualquier cantidad resulta aceptable, si la necesitas para reproducir tu fuerza de trabajo (para comer).


¿Cómo valorar los productos vendidos en el mercado capitalista? 
La eficiencia del mercado capitalista se mide en términos del precio al cual se puede vender un producto y recuperar el capital invertido, más una ganancia suficiente para garantizar la sostenibilidad en el tiempo, y más el beneficio necesario para crecer y eliminar a la competencia, hasta donde los límites legales permitan. 
Pero se trata de no confundir valor y precio, desde la perspectiva del consumidor y del mercado capitalista.
El valor de uso (objetivo y subjetivo) de un producto dado para el cliente sólo se relaciona indirectamente con el precio, que surge del coste de producción y la oferta y la demanda orientada por la necesidad y la publicidad.

Un producto pierde "valor" en el mercado nada más pasar a las manos del consumidor que, para su hipotética reventa, debería bajar el precio automáticamente, y de manera creciente en función del tiempo de posesión y uso.

Hablamos del mercado de "segunda mano" regulado por el sistema, pero que puede integrarse fácilmente en el modelo de trueque.

El criterio de eficiencia de la economía del trueque es distinto en cuanto ignora o minimiza algunos costes y añade valor de uso y simbólico a su producción artesana y no alienada, no repercutiendolo en el precio para poder competir, sino considerándolo como parte del "beneficio" obtenido. 

Si hay que vender a precios por debajo de los costes imputados. 
¿Qué ventaja económica reporta la economía social o de trueque? 

La eficiencia en la red de trueque se mide por el tiempo de trabajo total necesario para satisfacer necesidades materiales y morales no satisfechas en el mercado formal, con el que existe una capilaridad evidente. 

En cierta medida, la capacidad de permanencia de estas comunidades, está fundada en la no imputación de parte de los costos de trabajo, siempre que se obtengan los ingresos monetarios marginales necesarios, para mantener el trabajo y los valores desplegados dentro de la comunidad de trueque. 
Es una forma de “autoexplotación” de resistencia a la estructura de explotación capitalista, más que una absurda estrategia de explotarse a sí mismo ineficazmente. 

Para algunos miembros, al menos en la teoría, los valores que se defienden son contraculturales y "antisistema" y muy excluyentes de los "excluidos" por la crisis, que buscan en la red una salida temporal, hasta una hipotética mejora económica personal. 

Para otros, el trueque frena el consumismo estéril y la obsolescencia programada, así como defiende la naturaleza desde postulados más o menos radicales. 
Esto se relaciona con el carácter elemental de los bienes y servicios que se pueden consumir en la red lo que, mal explicado, se interpreta como que entrar a esta comunidad implica renunciar al consumo no elemental dentro de ella (no a una renuncia ascética)

La entrada a la red de colectivos vulnerables, es causada por la urgencia de satisfacer necesidades materiales básicas, como forma subsidiaria al consumo integrado en el mercado capitalista; su adhesión, en consecuencia, debe ser paulatina; mediante la educación económica elemental, pero aceptando por su parte las reglas básicas, no necesariamente los valores, de la comunidad. 

Pretender fomentar la austeridad, manteniendo la red voluntariamente a nivel elemental es peligroso, porque si faltan productos considerados en la cultura urbana como de primera necesidad, los sujetos más dinámicos tienden a salir de la red en cuanto pueden. 
En la misma línea, la poca oferta de productos variados puede llevar a que los miembros restrinjan su propia contribución de productos o servicios o bien a que tiendan a “comprar lo que haya”, para no acumular "moneda" sin valor real. 

Estas comunidades se forman en general por miembros de las clases medias, amenazados o victimas de algún tipo de exclusión, con un capital cultural y organizativo que pueden poner al servicio de un proyecto de esta naturaleza (invirtiendo tiempo y entusiasmo)

En un momento dado se pueden integrar sectores pobres, sin suficientes recursos económicos para sobrevivir en el mercado formal, pero con capacidades para producir e intercambiar bienes y servicios entre ellos; no así para poner en marcha una estructura de esta naturaleza, más allá de la solidaridad y el intercambio familiar y de vecindad ocasional y espontáneo. 


¿Cómo extender estas prácticas de red a esos sectores? 
Es necesario estructurar propuestas, orientadas a colectivos de pobreza relativa (absoluta en su entorno social), en base a iniciativas colectivas para comunidades social y culturalmente heterogéneas, pero territorialmente próximas (por ejemplo en el ámbito municipal) y no creando segmentos diferenciados que se ignoran mutuamente, confundiendo caridad institucionalizada con solidaridad. 
Ejemplificando y educando en la identificación de bienes y capacidades que pueden tener "valor de uso" para otros y "valor de cambio" para nosotros que los poseemos: equipos electrónicos en desuso, ropa infantil, excedentes de huerta, aceite usado reciclable, etc, ofertados en un Mercado Popular y en redes sociales sin más coste que el tiempo invertido en la venta, y con el valor añadido de la interacción social con nuestros vecinos.
Fomentando un sistema de valores dirigido a reforzar la unidad familiar extensa, la reciprocidad del intercambio, la ayuda mutua, el trabajo colaborativo, etc, en competencia con otros valores propios del mercado capitalista que no desaparecen: el individualismo, la competencia y la explotación de la comunidad y el territorio (personas y naturaleza)

insumo.  Real Academia Española © Todos los derechos reservados
De insumir.
1. m. Econ. Conjunto de elementos que toman parte en la producción de otros bienes.

6/8/16

(02) Mercados Populares en una "Economía de Mercado".

¿Son las Redes Sociales de Trueque antisistémicas?
Estas redes surgen en sociedades atrasadas y en medio del capitalismo desarrollado, por tanto los recursos materiales y los conocimientos y destrezas mismas del trabajo han sido o deben ser adquiridas en buena medida en dicho sistema, hoy día globalizado.
Acceder a ellos requiere dinero de curso legal, pues el sistema capitalista no admite el trueque como forma de intercambio reconocido institucionalmente. 


Esto supone que los miembros de una red de trueque participan activamente en el mercado capitalista, para obtener la mayor parte de los bienes de consumo y de producción que no pueden encontrar dentro de la red; así como las tecnologías de producción, transporte y comunicación.
Participan de dos sistemas de relaciones y valores, aparentemente contradictorios: los de la competencia del mercado capitalista, y los de la comunidad de trueque definidos, a priori, como  de solidaridad y acuerdo consciente y voluntario. 

¿Es posible que ambos sistemas coexistan? 
¿El mercado capitalista fagocitará al mercado del trueque en cuanto se recupere la capacidad de compra de los colectivos excluidos?


En la medida que constituyen un complemento marginal, y no la única vía posible para acceder a bienes y servicios por medio del trabajo, las comunidades de trueque deben ampliar continuamente la gama de bienes y servicios ofrecidos y el número de participantes en la red, para ser una alternativa viable y permanente a la satisfacción de las necesidades que caracterizan una sociedad urbana marcada por formas de consumo pasivas y poco reflexivas. 

Esa ampliación cualitativa (especialmente en lo ofrecido y potenciando un consumo reflexivo y activo) y cuantitativa, requiere superar el intercambio “cara a cara” entre poseedores de bienes mutuamente deseados y supone utilizar formas de dinero no oficial, de circulación limitada a los miembros de la red (sólo aceptable en transacciones dentro de la red para mantenerse en la alegalidad) y de puntos de encuentro para realizar las transacciones directas e indirectas.
El mercado de trueque a escala reducida surge de convicciones éticas, no sólo o principalmente de la necesidad.

Los "excluidos" se acercan al trueque al perder el acceso normal al trabajo/ingresos para obtener productos para satisfacer las necesidades vía consumo tradicional. 
Como resultado de la falta de demanda de su fuerza de trabajo, o de los productos o servicios que producían por cuenta propia o ajena; faltan recursos monetarios a un sector, más o menos amplio de la población. 

Las capacidades están allí (aunque a menudo no se perciben como tales, pues partimos de un alto grado de especialización productiva e ignoramos nuestras propias competencias), y también las necesidades insatisfechas. 
Hay que relacionarlas, por ejemplo, mediante la producción para el propio consumo individual y generando, a partir de ahí, un mercado comunitario segmentado territorialmente. 
El éxito parcial de estas redes puede llevar al reconocimiento por parte del sistema (un municipio por ejemplo) de esta moneda como unidad de intercambio local, lo cual implica introducir controles o acuerdos externos sobre su emisión, su respaldo, etc, anclando aún más firmemente a esa red, al mercado.

Cuando es aceptada institucionalmente la moneda social, se comienza a perder la autonomía de regulación de las transacciones y la supuesta equidad de las relaciones de intercambio. 

Esto es bueno cuando el objetivo es reincorporar, a corto o medio plazo, a los excluidos. 
No tanto si el objetivo es preservar a la comunidad de trueque de los valores y de la presión de las fuerzas del mercado capitalista.
Un mercado es una red de intercambio principalmente material, pero es también una red de intercambio de símbolos, ideas y afectos. 
Las redes de trueque, en su fase más incipiente surgen de la motivación “moral” y el contenido simbólico es mucho más fuerte que el valor material, lo que se refleja incluso en el tipo de productos intercambiados (artesanos, ecológicos, alternativos, etc.). 

Esto supone, a menudo, una barrera de entrada para productores y consumidores impulsados directamente por la necesidad económica.

Bibliografía:
LAS REDES DE TRUEQUE COMO INSTITUCIÓN DE LA ECONOMÍA POPULAR (1998)  José Luis Coraggio